El desafío de cambiar las prácticas para potenciar el aprendizaje en Ciencias
Durante el seminario “¿De qué manera desarrollamos prácticas científicas en la escuela?”, la académica y jefa del Magíster de la Facultad, Ainoa Marzábal, dio a conocer parte de los resultados de su proyecto Fondecyt n°1160148, que buscó caracterizar el desarrollo profesional de profesores y profesoras de ciencias y analizar las competencias científicas de los estudiantes chilenos.
Los estudios sobre procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas chilenas evidencian que en Ciencias predomina un modelo didáctico tradicional, orientado a la transmisión de contenidos conceptuales. Una realidad que se ve reflejada, también, en los resultados de mediciones como Simce y Timms, por ejemplo. Al parecer los establecimientos en Chile y las clases de Ciencias no lograrían un aprendizaje integrado en las y los estudiantes. Esta fue una de las conclusiones generales del proyecto Fondecyt n°1160148: “Caracterización del desarrollo profesional de profesores de ciencias en la apropiación de un modelo didáctico con elementos de indagación para promover el desarrollo de las competencias científicas en los estudiantes chilenos”, liderado por la académica y jefa del Magíster de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Ainoa Marzábal.
¿Estamos enseñando lo necesario para que los estudiantes entiendan los procesos en química, física o biología? ¿las actividades en clases promueven el desarrollo de iniciativas prácticas en los estudiantes? Fueron parte de las preguntas claves realizadas durante el seminario “¿De qué manera desarrollamos prácticas científicas en la escuela?”, donde se expusieron los resultados sobre las interacciones en el aula entre estudiantes y profesor para el aprendizaje de las ciencias del equipo de investigación liderado por Marzábal.
En la investigación participaron 11 profesores participantes, quienes trabajaron con 210 estudiantes de entre 13 y 18 años. ¿El objetivo? medir las habilidades científicas de estos alumnos y alumnas en el aula. La investigación, que duró dos años, arrojó que los jóvenes tienen dificultades al identificar problemas científicos, explicar fenómenos y utilizar evidencias para extraer conclusiones. Este análisis permitió, a la académica y su equipo de investigación, determinar la necesidad de hacer un cambio de paradigma respecto a la enseñanza conceptual de las ciencias, apuntando a una modalidad más práctica.
“El nuevo currículum nos interpela a hacer un cambio, por lo que no podemos continuar pensando ingenuamente respecto a los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Que hayan entendido el contenido de una clase no quiere decir que hayan internalizado ese conocimiento o que sean capaces de transferir esas habilidades a la práctica y conectar lo aprendido en química con biología., por ejemplo”, explicó. Marzábal agregó que “se requiere tiempo y repetición para que (las y los estudiantes) logren asimilar la información de todas las materias”.
Este desafío y cambio, también, conlleva un apoyo real a los profesores que enseñan la materia en el sistema escolar. Según la investigadora, se requiere tiempo para que los maestros y maestras actualicen sus conocimientos y también interioricen estas habilidades. “La transformación real del conocimiento del profesor y de su labor docente requiere tiempo”.
Al seminario realizado se sumaron tres talleres y una mesa redonda para los profesores y académicos asistentes, en estas instancias los expertos internacionales invitados expusieron sobre la importancia de este tipo de iniciativas y su impacto en el aprendizaje de las y los estudiantes.