Seminario abordó los principales desafíos de la escuela católica y su identidad desde la fe
El encuentro “Escuela Católica y Políticas Educativas: Demandas y desafíos para su gestión” fue organizado por las facultades de Educación y Ciencias Sociales de la UC, con la colaboración de Pastoral UC. El seminario contó con la charla magistral de Carlos Torrendell, investigador de la Universidad Católica Argentina.
La educación en Chile, al igual que en gran parte de América Latina, nació de la mano de la iglesia católica en el siglo XIX. Hoy, a dos siglos de ese momento, la relación entre educación e Iglesia sigue siendo relevante en el sistema nacional. “Casi 30% de nuestros colegios es confesional, algunas católicas y otras que sintonizan con ciertas posturas” explicó la académica de la Facultad de Educación de la UC, Patricia Imbarack, en el seminario “Escuela Católica y Políticas Educativas: Demandas y desafíos para su gestión”. “Somos los proveedores mayores de educación. Representamos una fortaleza y una robustez que no es discutible a nivel de sistema educacional”, agregó.
Es en este escenario, surge la necesidad de preguntarse, entonces, dónde se posiciona la escuela católica en el mundo actual y cuáles son los elementos que la deben distinguir. Este fue el debate principal del seminario que organizaron en conjunto las facultades de Educación y Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con la colaboración de la Pastoral UC.
Para Carlos Torrendell, académico del Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina e invitado principal de la actividad, un tema esencial a discutir fue cuáles son los desafíos que “tenemos como educadores para renovar la educación católica”. En esa línea señaló varios: “Qué vamos a hacer con nuestra identidad (…) Tenemos una sociedad que promueve la individualidad y, en este contexto, cómo vamos a formar a nuestros profesores, cómo vamos a reinventar la pedagogía católica. Todo esto, además, lo debemos hacer desde nuestra identidad”.
“Existe una paradoja que nos impacta que, en los momentos de fuerte separación entre el Estado y la Iglesia, la educación católica tuvo una identidad marcada, acorde al movimiento moderno. Sin embargo, hoy, en un proceso de post-secularización, parecería que las instituciones son más afables para la religión, pero que, a su vez, hay una separación aún más fuerte”, agregó Torrendell.
Una realidad que desafía a las escuelas católicas y que, también, las hace reflexionar sobre cómo educar en el siglo XXI. La clave, según Patricia Imbarack, está en formar ciudadanos y ciudadanas integrales desde una educación con identidad cristiana: “La educación católica nace desde un llamado cristiano y se constituye como un espacio privilegiado para el diálogo entre la fe y la cultura. Esta es una misión de la que no podemos prescindir porque la dimensión de la fe cristiana da respuesta a muchas de las preguntas que la sociedad tiene y desde esa perspectiva debemos orientarnos hacia allá”.
Renovación
Durante el seminario, Torrendell abordó los principales desafíos que tienen las escuelas católicas frente a las nuevas demandas de la sociedad. ¿La principal? La renovación y transformación de la sala de clases: “Si no reinventamos la evaluación basada en la calificación, por ejemplo, tenemos un problema. Debemos comprender que retroalimentar es enseñar”, dijo.
¿Pero cómo transformamos la educación desde la escuela católica? Para Imbarack, la clave está en “promover más espacios de diálogo como éste, que convocan a profesores, profesoras y profesionales del ámbito confesional y no confesional, que inviten a reflexionar sobre el rol de las y los educadores y el de las instituciones de educación católica del país”.
Para el expositor argentino es importante generar evidencia y aportar al debate público educacional. “Uno de los principales desafíos que enfrentan las escuelas y universidades católicas es que, si no publicamos libros, si no generamos investigación, no generamos un cambio. Tenemos que investigar para renovar el personalismo educativo cristiano”, afirmó. En la misma línea, la Vicedecana de Educación de la Universidad Católica, Pilar Cox, destacó la importancia de fortalecer los vínculos con el sistema escolar, específicamente “con aquellas instituciones donde se desempeñan las y los estudiantes de nuestra universidad. Donde sucede el cambio al que aspiramos en la educación chilena: una educación más accesible, más justa para todos nuestros niños y niñas”.
El evento contó con un panel de expertos sobre integración educativa y las nuevas configuraciones de la sala de clases, donde expusieron la directora ejecutiva del Programa Valoras UC, Isidora Mena; el director del Centro de Políticas Comparadas de Educación UDP, Cristián Cox, y el Decano de la Facultad de Psicología Universidad San Sebastián, Klaus Droste. Finalmente, y para llevar el debate en la práctica, Aaron Palape, de Fundación Belén Educa, y Pedro San Martín, de la red de colegios SIP, comentaron sobre las experiencias de educación cristiana en Chile.