Profesor Veyrunes: Reproducir buenas prácticas es difícil y puede afectar a los profesores novatos
Philippe Veyrunes, ex director del Departamento de Educación de la Universidad de Toulouse Jean-Jaurès, Francia, explicó que en la formación de nuevos profesores, insistir en la aplicación de “buenas prácticas” puede ser más un problema que una solución.
Las buenas prácticas pedagógicas suelen ser un problema más que una solución para los nuevos profesores, declaró Philippe Veyrunes, investigador en ciencias de la educación de la Universidad de Toulouse Jean-Jaurès, durante su visita a Chile.
Y suelen ser un problema porque no existe un concepto único de “buena práctica”. Su definición depende mucho del contexto, de la perspectiva conceptual y la experiencia práctica es más compleja que la ejecución de reglas o de instrucciones predefinidas. En un contexto de formación inicial de profesores, agregó el experto, las “buenas prácticas” establecen un horizonte pedagógico demasiado elevado y difícil de alcanzar por un profesor principiante.
-El novato cuando sabe que debe hacer una clase que alcance el nivel definido por una “buena práctica” muchas veces se frustra, y termina desmotivado ya que no sabe, precisamente por su falta de experiencia, cómo alcanzar los logros esperados. Por ello, una “buena práctica” en ocasiones constituye más una barrera que un apoyo para el profesor que está empezando –advirtió el investigador francés.
El académico galo fue invitado al país por el proyecto FONDECYT “El aprendizaje del conocimiento profesional en contextos reales de trabajo. Estudio comparativo de la formación práctica en los casos de Medicina y Educación” (Nº 1150931) que desarrollan los profesores Sergio Martinic (Facultad de Educación UC) y Marco Villalta (Escuela de Psicología de la USACH).
El profesor Veyrunes de la Universidad de Toulouse Jean-Jaurès, es también miembro del laboratorio “Education, Formation, Travail, Savoirs” (UMR EFTS) y estuvo en Chile la segunda semana de septiembre.
Durante su estada en el país, realizó una conferencia en la USACH donde expuso sobre “Experiencia y Aprendizaje en las prácticas formativas" y un seminario en la UC sobre teoría y método para el análisis de la actividad del profesor, entre otras actividades relacionadas con el proyecto conducido por el profesor Martinic.
Aprender de lo próximo
En su conferencia, Philippe Veyrunes abordó el concepto de “experiencia” como clave de lo que un profesor ejecuta y organiza en su sala de clases.
-La experiencia es considerada como la condición para mejorar la eficacia docente. Existen dos grandes conceptos de experiencia. Por un lado, un concepto que relaciona la experiencia con lo acumulado y que se asocia a la idea de experto o de expertise. Por otro, un concepto relacionado con lo vivido o el proceso de realizar el trabajo. Destaco la importancia de poner atención especial a los procesos de trabajo argumentó.
El investigador francés también relevó la importancia de las “comunidades de prácticas” que son el lugar, dijo, donde suceden los aprendizajes. “El aprendizaje en Comunidades de prácticas articula cuatro dimensiones: la práctica (aprender haciendo), la identidad (aprender viviendo), la comunidad (aprender perteneciendo) y la significación (aprender interpretando)” explicó.
-Los profesores experimentados acogen a los novatos y les transmiten una experiencia, que incluye conocimientos, reglas de acción, una cultura compartida. Además, es una transmisión que opera desde la periferia hacia el centro: los profesores nuevos empiezan a hacer tareas pequeñas y marginales, y a medida que aprenden y en forma progresiva, van asumiendo responsabilidades más significativas y centrales –explicó.
Reiterando la tesis central de su presentación, el profesor francés señaló que las buenas prácticas preestablecidas y definidas desde un “deber ser” reducen la complejidad de la práctica real y pueden resultar defraudantes para los nuevos profesores.
-La práctica docente es necesariamente una actividad prescrita. Los conocimientos, reglas, normas, maneras de hacer, tienen que ser transmitidos. Pero prescripción y formación son distintas. La práctica docente de aula no sólo es una ejecución de la prescripción. Es, por el contrario, una «actividad situada», compleja, por parte imprevisible, que necesita una adaptación constante a la situación –explicó.
“En la formación de nuevos profesores, hay que tomar en cuenta el “trabajo real”. La actividad siempre es diferente de la tarea teórica. Pero no la analizamos en términos de “diferencia” con la tarea, sino que los profesores adaptan, inventan, desarrollan una suerte de “conocimientos en acción”, ignorados por la teoría” profundizó.
-Proponemos entonces una concepción de la formación no prescriptiva ni normativa que se inspire en las “buenas prácticas”, sino más bien aprender en función de la tipicalidad o de lo que es más próximo o típico a la actividad docente en el aula. A partir de reconocer los elementos comunes y típicos, a partir de situaciones que han vivido los profesores más experimentados, es posible desarrollar una mejor formación –explicó.
-Pregonar las “buenas prácticas” tiene que ver con la prescripción, es decirle al profesor usted tiene que ejecutar estas acciones y tareas para obtener una buena clase. Pero el problema es que nunca se puede reproducir con exactitud lo definido. Nadie puede calcar una clase perfecta –finalizó.
Texto: Francisco Zabaleta, facultad de Educación UC