Desafío en Pandemia: Hacer clases con cámaras apagadas
Conocer la realidad de las y los estudiantes, mostrar empatía y apostar por clases más participativas son algunas de las sugerencias que entregaron expertas de Educación UC en el webinar “Ser profesor y profesora en tiempos de pandemia”, evento que se desarrolló el pasado 08 de octubre y que contó con el apoyo del Plan de Implementación para la Formación Inicial Docente (PI-FID)
Un curso de 35 estudiantes de sexto básico de Maipú. De ellos, sólo 15 se conectan a clases remotas. Este escenario se repite en varios colegios del país y del mundo debido a la pandemia y a las brechas digitales que se acentuaron tras el cierre de las escuelas y las clases presenciales debido al Covid – 19.
La escena ocurrida en la comuna capitalina forma parte las experiencias que el alumno de Pedagogía en Inglés para Educación Básica y Media de la Universidad Católica, Cainan Orellana, vivió durante su tercera práctica temprana. Él explica: “Hay muchos chicos y chicas que dependen de los dispositivos que hay en la casa. Por ejemplo, si la mamá está trabajando en el computador, ellos (los y las estudiantes) simplemente no se pueden conectar. Y hay algunos que creen qus sus teléfonos no están capacitados para entrar una clase virtual”.
“Hay muchas razones del por qué las cámaras están apagadas. Y para saberlas tenemos que entender quiénes son nuestros estudiantes. Con eso podemos determinar algunas estrategias para poder trabajar con ellos”, explicó Tonia Razmilic, jefa (s) del sistema de prácticas de la Facultad de Educación UC, durante el webinar “Ser profesor y profesora en tiempos de pandemia”, desarrollado el pasado 8 de octubre por la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con el apoyo del Plan de Implementación para la Formación Inicial Docente (PI-FID).
Para la académica es fundamental que las y los profesores investiguen el contexto en el que viven las y los alumnos. De hecho, explicó que esa es una labor que han desarrollado las y los docentes en formación y que durante este semestre les tocó realizar prácticas en formato virtual. Y así lo comenta: “En el caso de los escolares, hemos trabajado con sus familias y les hemos pedido que hagan el esfuerzo de levantarlos a una hora determinada para que tengan ordenadas sus piezas y se vistan tal como si fueran a clases. Una de las razones de las cámaras apagadas se da porque algunos estudiantes están en la cama, chascones y hay edades en las que nadie se quiere mostrar así”.
Por otro lado, Tonia Razmilic sostiene que “cuando hay razones tecnológicas, por problemas de conexión o por cosas que incomodan a los estudiantes por el contexto en el que viven, hay que operar de otra manera y mostrar comprensión. Creo que en la medida que vayamos trabajando con las y los alumnos que quieran estar, más cámaras se irán prendiendo. Cuando ellos vean que estas clases son entretenidas”.
¿Influye el acceso a la tecnología en que las cámaras de las y los estudiantes no se enciendan durante las clases virtuales? Para Magdalena Claro, directora académica del Observatorio de Prácticas Educativas Digitales de la Universidad Católica, la respuesta es afirmativa. Durante el webinar, la especialista comentó: “Para hacer buenas clases online necesitamos buena conectividad y, sin embargo, cuando comenzó la pandemia del COVID-19, sabíamos que más del 50% de los hogares chilenos no tenía conexión fija a internet. Es distinto realizar actividades académicas desde un celular en comparación a lo que ofrece una conexión hogareña”.
La casa como sala de clases
La subdirectora académica de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Educación UC y psicóloga, Úrsula Echeverría,explicó que muchas y muchos alumnos no tienen en sus hogares las mismas condiciones que les ofrecen los establecimientos educacionales, y esa es una razón para no encender las cámaras de sus computadores. Para ella, en este contexto, “estamos accediendo a espacios de nuestra vida que son privados y personales. Es importante considerar que no todos los estudiantes tienen lugares de estudios con privacidad, que sean cómodos, sin interferencias o ruidos. Hay muchos factores que influyen para que una o un estudiante no encienda su cámara durante clases”, comentó en el webinar “Ser profesor o profesora en tiempos de pandemia”.
¿Cómo incentivar, entonces, a que las cámaras se enciendan? Para Echeverría la respuesta es clara: “En el caso universitario, nosotros como profesoras y profesoras estamos en el mismo contexto y tenemos las mismas dificultades que las y los estudiantes. Entonces es bueno respetar las diversas realidades y es bueno que tengamos respeto por los espacios privados. Además, es bueno ir soltando algunas restricciones. Por ejemplo, sabemos que si tenemos hijos en la casa se puede interrumpir una clase online con cámaras encendidas. O que las o los estudiantes se pueden desconectar por algunos minutos para atenderlos”.
Por último, enfatizó la necesidad de hacer un seguimiento a los alumnos y alumnas, para saber el por qué no se conectan o encienden sus cámaras durante sus clases. Para ella eso evita la deserción, fomenta los vínculos en la comunidad estudiantil y permite tomar medidas de apoyo en caso de que éstas sean necesarias.
Revisa el webinar “Ser profesor o profesora en tiempos de pandemia” aquí: