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La historia de cómo el Doctorado en Educación UC se convirtió en referente internacional

El programa cuenta actualmente con 11 estudiantes extranjeras(os), provenientes de distintas partes del mundo. Entre ellas(os) se encuentran Natália Candido de Brasil, Kata Springinzeisz de Hungría y Lina Calle de Colombia. Aquí sus motivaciones para formar parte del Doctorado en Educación UC.

Después de dejar Hungría para estudiar un Magíster en Arte y Patrimonio: Política, Gestión y Educación en Holanda, la profesora Kata Springinzeisz (35 años) quiso seguir actualizando sus conocimientos. Así, el siguiente paso académico que dio fue postular al Doctorado en Educación que se imparte en la Facultad de Educación de la Universidad Católica.

¿Cómo una docente húngara terminó estudiando un postgrado al otro lado del mundo? Su arribo al país ocurrió primero por su esposo chileno, con quien decidió radicarse aquí hace seis años. Aprendió español y comenzó a trabajar como profesora de idiomas, además de colaborar en espacios ligados al arte, como el Parque Cultural Valparaíso. Fue entonces que comenzó la búsqueda de un doctorado de excelencia, que además acogiera sus inquietudes investigativas. De esa forma llegó al programa de la UC.

“Sabía que la universidad tenía un muy buen programa en Educación, que era de muy buena calidad, y además descubrí que podía hacer mi investigación ahí, pues quería hacer algo sobre museos e inclusión social”, cuenta sobre sus motivaciones para elegir el doctorado -al que ingresó en 2019-, y también respecto a la idea que dio origen a su tesis. Actualmente desarrolla su investigación centrada en los museos de arte en Chile y el concepto de inclusión social.

Springinzeisz es parte de las(los) 11 estudiantes extranjeras(os) que cursan actualmente el Doctorado en Educación UC, quienes como ella provienen de países tan diversos como República Dominicana, Italia, Brasil, Colombia, Cuba y México, pero a quienes unen las razones para escogerlo y hacerlo parte de su formación.

Los primeros ingresos internacionales al programa -que se imparte desde 1991 y está acreditado por la Comisión Nacional de Acreditación de Chile (CNA)-, se dieron en 1995. Desde entonces,el interés ha crecido y se ha sostenido en el tiempo. En 2009, por ejemplo, se registró el mayor porcentaje de estudiantes, ocupando el 38% de los cupos. Y en los últimos años esa cifra se mantiene entre el 25% y el 30% del total de estudiantes-2019 y 2018 respectivamente-.

“Nuestro doctorado atrae el interés de estudiantes extranjeros ya que dentro de la región es sin duda uno de los mejores en el área y tiene reconocimiento internacional”, expresa Valeria Cabello, jefa del programa de Doctorado en Educación.

Visibilidad Internacional

“Para mí era súper importante que, si iba a dejar mi país, el doctorado que hiciera destacara en cuanto a excelencia académica. Estuve mirando los rankings, y como me importaba que fuera en español, porque trabajo escritura, ahí definitivamente siempre la UC destacaba”, cuenta Lina Calle (36 años) de Colombia.

Tras ejercer como profesora investigadora en una Escuela de Negocios colombiana, sintió la necesidad de un crecimiento y giro académico, por lo que postuló al Doctorado en Educación UC, al que ingresó en 2018.

El Doctorado en Educación de la UC ofrece convenios de internacionalización, por lo que se puede obtener doble grado en la titulación con otras universidades extranjeras, por ejemplo, europeas. “Existen becas de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y de la Vicerrectoría de Investigación de la UC (VRI), que son para estudiantes chilenos yde otros países, lo cual facilita la movilidad. Otro punto atractivo es que el programa fomenta que sus estudiantes realicen pasantías en el extranjero, por lo que la formación se comparte con académicas(os) del más alto nivel. Es decir, nuestroprograma actúa como catalizador de la trayectoria internacional de las y los estudiantes”, dice la jefa del programa.

Una característica que fue, también, decidora para Natália Candido (29 años), de Brasil. “La UC está muy bien rankeada y tiene mucha visibilidad internacional, y para mí el tema de la internacionalización es muy importante. En Brasil, además, la UC es muy bien vista”, relata Candido, quien entró al programa en 2019.

Sin embargo, esto no fue lo único que le atrajo. Tras dedicarse a la investigación en educación en ciencias en su país natal, y desembarcar en Chile para hacer un Magíster en Didáctica de las Ciencias Naturales en la Universidad Católica de Valparaíso, Candido decidió hacer un doctorado que respondiera a la especificidad de su interés. “No encontraba uno que estuviera precisamente en el área que yo estaba investigando, hasta que encontré este doctorado en la UC que, además, entregaba muchas ventajas en cuanto a flexibilidad para decidir mi temática de investigación, y aceptarme dentro de su ‘ecosistema de investigación’”, relata la doctorante, quien cursa su tercer año y participa de proyectos de investigación en ciencias con financiamiento externo, como Fondecyt.

Otro punto que llamó su atención fue la malla curricular. “Me pareció muy interesante, porque comprende áreas mucho más generales de lo que yo estaba acostumbrada, entonces también me permitía desarrollar mis conocimientos en otras áreas, más allá de las ciencias solamente, y formarme como una profesional más global”, destaca.

En estos momentos, Candido realiza su tesis en el área de educación científica no formal, “es decir, la educación en ciencias que se desarrolla fuera del espacio escolar, principalmente enfocada en zoológicos, jardines botánicos, acuarios y museos de ciencias”, explica.

La colombiana Lina Calle también rescata otros atributos en relación a la formación. “Mi segunda razón para escogerlo, además de la excelencia, fue el énfasis metodológico que tiene el doctorado, porque me interesa tener una formación más integral, ver métodos cualitativos, cuantitativos, y no solo quedarme reproduciendo lo que ya quizás sabía”, destaca la estudiante que cursa su último año, y afina los detalles de su tesis, que aborda las experiencias de escritura en estudiantes doctorales. “Siempre he trabajado con escritura en educación superior, pero fue difícil enfrentar este nuevo proceso formativo. Pensé que por ahí podía aportar algo, ayudar a visibilizar esas dificultades que se obvian, porque se asume que los estudiantes doctorales saben mucho”, dice sobre su proyecto.

La mirada multidisciplinar del programa, también, es una característica que se repite entre las cualidades que destacan las alumnas. Pero el beneficio es mutuo, declara la académica del claustro del Doctorado, Daniela Véliz: “Las(os) estudiantes internacionales nos ayudan a mirar los temas desde distintos prismas, eso es clave para abordarlos y proponer soluciones. Creo firmemente que la globalización ya es parte del presente y que temas complejos como los que ocurren en educación pueden ser nutridos con experiencias diversas como son las distintas culturas y organizaciones”. 

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